jueves, 12 de abril de 2012

Sobre el descenso a los Infiernos...

No existe mayor goce en el ser que aquel que pretende la decadencia, que arrastra la cordura establecida y simula la venganza ante la monotonía. El estimulo que produce la incoherencia de la realidad refleja, en parte, la pretensión por escapar de todo ésto que nos mantiene en una espiral de falsa banalidad y cobijarnos en la desolación de la propia alma. Ahogarte en el fondo de un océano que siendo uno mismo el propio creador mantiene en la ignorancia, de no saber cuándo acariciar aquel interior que entierra ni siquiera cómo alcanzar o quizás esconder sus límites nos pretende eludirlo; ejerciendo de teleportador hacia ése Tártaro perdido, que sulfura horror e intolerencia. A menudo la ceguera de una disposición mental obsesionada con el desarrollo impide descubrirlo pero no encierra insensatez alguna decirte que sus puertas permanecen abiertas, a tu disposición, a tu antojo... conoces su esencia, sus parajes y sus moradores. Únicamente te sugiero descender a los Infiernos con no mucha frecuencia, quizás una vez allí desees cerrar sus puertas y mantenerte en su existencia perpetua.

E.

"La propia mente es realmente ambigua.
Produciendo la gratitud de las metas alcanzadas, podemos, sin embargo, entristecer el aura que perpetúa lo incoherente.

Hallados pues en este punto, creemos que no se rige de nignuna manera la mente humana, ni estímulos externos, ni internos... únicamente es el propio abismo de incertezas que hemos creado el que atrae las sensaciones benignas... y malignas, añadiendo el punto y final a las diferentes explicaciones que el día a día nos impide vislumbrar"


N.

martes, 3 de abril de 2012

"Una de las principales soluciones al suicidio es la siguiente frase: ‘No lo hagas, hay gente que te quiere y te aprecia’, el problema grande viene cuando ni siquiera el que te quieran te llena.
El mayor vacio existencial que una persona puede sufrir es el de sentir que no puede corresponder a la persona que le brinda cobijo psicológico, sentirse impotente frente a la idea de decepcionarle…  las autolesiones no son más que culpabilidad impuesta frente al dolor que se sabe que se le proporciona a la gente que te quiere…. es simple masoquismo…. Con lo cual, el suicidio deriva del egoísmo propio de no sentirte querido, a pesar de saber que eres correspondido…. Que la gente te ame no importa cuando sabes que solo les vas a hacer daño."

A veces me asusto a mi misma....

                                                                                                                                                  N.
La propia mente se encuentra enfrascada en un cubículo sumamente pequeño.
Para realizar el cambio de la libertad perdudara a la libertad colosal encontramos el tramo de la madurez más rudo y dificil....

Quizá sea el nervio espinal, quien, una vez más. juega malas pasadas, ira descontrolada y pena ajena, pero en realidad cada pequeño cristal de sus cubículos se encargará de destruir sus ilusiones, sus sueños, sus esfuerzos: olvidar que no somos nada es un castigo que pasa factura con el tiempo.

Lo material, incluida la carne humana es relativamente prescindible, optando por una muerte prematura antes de que el cerebro nos anuncie que ya no existe sentimiento...a partir de entonces la vida no servirá más que de puñal; alargando la agonía hasta que el pulmón expire su último aliento.

Relativamente todo es mentira, incluida la verdad suprema que se nos enseña desde pequeños, pero llegados a este punto donde alguien o algo nos venda los ojos y nos promete ahorrarnos el sufrimiento, ciegos ante la mentira, caeremos sin dudarlo... socialmente obligados a pensar que el dolor es lo opuesto a la felicidad que tanto se nos vende de manera capitalista... el dolor aflora los sentimientos de pesadumbre corpórea, aflora la agonía de respirar, aflora la ira, la desesperación, aflora todos aquellos sentimientos que siempre nos acompañan y que habitan en el umbral de nuestro sueños, pesamientos y reinan esperándonos de la misma manera hacia el futuro incierto.
No se por que desechamos el dolor, no se por que huímos de la realidad agónica que día a día vivimos pero que nos obligan a descartar.... asi, una vez más, volvemos a la mentira efímera de que la verdad que no existe es esa felicidad que tanto nos obligan a encontrar.

                         N.