martes, 20 de marzo de 2012

Sobre el apogeo del vencido...

No es sino la ilusión sobre lo mundano quien combate la quimera que precede al raciocinio, aquella que desde el principio pretende albergar la única virtud de la existencia, quien me encadena y se erige guardián de mi ausencia, sin más proposito que el de negar la luz que siempre ensombrece el camino, ése que parece tener un fin a lo lejos mas ignoro sus atajos y envuelto en la niebla sucumbo ante su incerteza. Arengo mi mente para que traze desde lo más recóndito de la reclusión que mantiene mi osadía distante, una llanura donde el verde sea espeso, incluso primaveral, que me invite a perpetuar mi esperanza; lugar donde el descanso sea por méritos bien alcanzados y no marcados por somnolencias de origen bien sabido. Reconozco que tuve mi opción de escapar y quizá haya sido reincidente en la misma pero no hay mayor dolor que permanecer despierto ante la mirada de ese monstruo que hace de cerbero, que te somete, te vapulea, te embiste, te alardea como entretenimiento y por fin, te abandona ante la pasividad del tiempo. Sean los grilletes únicos abalorios para postergar mi decadencia.
He aquí mi posición, entonces: impasible ante lo imposible.

E.