jueves, 24 de noviembre de 2011

Nos encontramos inmersos en una especie de universo extraño, anclados en antiguas ideas que con el tiempo forman parte de nuestra mente, sin dejarnos lugar a la imaginación.
Podríamos comenzar añadiendo, que el Cosmos, divertido y burlón, se entretiene manejando nuestros hilos, a pesar de que nos resignemos a darnos cuenta, hablando de anti-cosmos.... pamplinas que nos dejan soñar despiertos.


Todo se rige por un orden, que es nuestra misión convertirlo en caos para poder navegar entre las ideas oportunas... dejándonos margen para separarnos de la idea general del dolor que nos produce la vida.
Esa droga tan estricta, tan monótona, tan necesitada día a día para no caer en la locura de que la percepción del mundo esta dominada y que nada es real, ni aunque lo defiendas por tu propia imaginación: todo es válido, todo emerge de nuestro cerebro que yace dormido, todo lo que tú pienses y creas será realidad bajo un manto de ignorancia.


Es menester del común humano el poder retroceder ante sus pasos y mejorarlos, pero vivimos en una sociedad y en un mundo donde todo ha de transcurrir deprisa, sin pensar solo actuar, se nos priva el poder analizar meticulosamente cada uno de nuestros pasos, aprender de ellos y realizar mejores obras en un futuro incierto. Manipulación, todo lo es, todo orbita alrededor del mundo capitalista, todo es efímero, todo es basto, efímero, vacío.... y para mi sedosa imaginación es una muerte lenta, agónica y que disfruta del dolor.


                                                                                                                                                        N.